viernes, 4 de noviembre de 2011

Lo bonito del fútbol

Martes por la mañana, un padre de familia despierta. Socio del F.C. Barcelona desde hace algo más de veinte años, se lava la cara, desayuna, despierta a su hijo, hay que llevarlo al colegio y para el trabajo. Le ayuda con la maleta, se dirigen a la escuela, ¡eso si! antes una paradita en el kiosco, hoy juega el Barça. Compra el Sport, lo ojea: una portada adulando a Messi, algún trapo sucio del Madrid y defensa de un periodista al equipo blaugrana de los ataques sin fundamento de la prensa madrileña. "La vida sigue igual" piensa.
Pasa el día, recoge a su hijo del colegio, lo lleva a entrenar y para casa, toca ver a su Barça. Enciende la televisión se sienta en el sofa... ¡Alineaciones! Valdés; Alves, Mascherano, Abidal, Maxwell; Busquets, Xavi, Cesc; Pedro, Messi y... ¡Cuenca con el 39! en ese momento la realización enfoca al debutante del Barça. "¿Quién es este chico?" se pregunta el hombre con el cosquilleo y la ilusión de ver debutar a otro jugador de la prolifera cantera blaugrana...


Hace un año más o menos...
Me levanto, apenas he dormido un par o tres de horas, me duele la cabeza (resaca). Me voy a trabajar y recuerdo que un amigo me había dicho que si quería acompañarle a ver el CE Sabadell a la Nova Creu Alta. Dije que sí sin pensarlo, este año estábamos arriba y el equipo estaba jugando muy buen fútbol. Camino al estadio me habla de un tal Isaac Cuenca, no era el primero que lo hacía. Por lo que tenía entendido, un gran jugador de banda, muy bueno en el uno contra uno, buen centro y con gol cedido por el Barça a última hora del mercado veraniego. Hablamos de más jugadores, Hiroshi, Fito Miranda, Marc Fernández... aunque quien más intrigado me tenía era Isaac Cuenca. 
Compramos la entrada, cogemos nuestro asiento y sale a calentar el Sabadell, los miro a todos, reconozco a Juvenal, Toni Lao, el gran David De Navas y de repente un jugador me llama la atención, casi sin pensarlo digo "¿Quién es ese niño?" Cuenca, me contesta mi amigo...

Isaac Cuenca es un chico de Reus (27-04-91) que empezó a jugar al fútbol desde muy pequeño, éste es de los que no ha tenido un camino fácil. Cuando fichó por el Barça no le dieron un sitio en la Masia, así que sus padres tenían que desplazarse hasta Barcelona para que pudiese entrenar con el filial, vista la alta competitividad y lo poco que se contaba con él decidió dar un paso atrás y fichar por el Reus, para el fue un hasta luego ya que tras destacar en el equipo de su ciudad natal fichó por la Damm, un equipo que sirve de trampolín para muchos chicos que después dan el salto definitivo al fútbol base de algún equipo catalán. Su sueño seguía siendo triunfar en el Barça y por eso después de deslumbrar en la Damm volvió ha fichar por el juvenil del mejor equipo del mundo. 
Tras grandes partidos en el tercer escalón para la gloria le tocaba ir al Barça Atlétic pero Luis Enrique no contaba con él, (gran ojo el de Lucho que ya le gustaría tenerlo ahora en la Roma) así que se fue cedido al CE Sabadell. 
Allí le esperaba Lluís Carreras, un entrenador que apuesta por el fútbol de toque y que utiliza un esquema muy similar al del F.C. Barcelona. Cuenca fue alternando las dos bandas saliéndose partido a partido, haciendo regates de ensueño y marcando goles importantes. Nunca en sengunda b se había visto un fútbol como el que practicaba el Sabadell pero con jugadores como Cuenca se podía practicar este juego hasta llegar al éxito. El equipo arlequinado ascendió a Segunda división y Guardiola no quiso marear más al chaval, pidió que volviese al B y tras varios entrenamientos con el primer equipo y buenos partidos con el filial decide darle la titularidad, cosa que ha agradecido con un gol en tres partidos y una asistencia medida a la cabeza de Cesc Fábregas

El ver debutar a un jugador joven siempre produce una sonrisa. Dicen que antes de morir se nos pasa toda la vida por delante, supongo que a un jugador antes de debutar se le debe de pasar todo el camino futbolístico que le ha llevado hasta allí. Ves su rostro serio en el túnel de vestuario o esperando a que el jugador al que van a sustituir llegue al banquillo para saltar y cumplir un sueño... pagaría por sentir lo que sienten en ese momento.

Isaac Cuenca después de marcar su primer gol con la camiseta blaugrana

Desde aquí le deseo lo mejor a Isaac Cuenca, tiene los pies en el suelo y sabe que aún le queda un largo camino por recorrer, está en buenas manos, así que no tengo ninguna duda de que va ha triunfar.

 
Vídeo de la temporada pasada de Cuenca en el Sabadell